

Ser jefe no siempre significa ser líder.
Una de las razones por la que los empleados renuncian o por la que las empresas no tienen éxito es que no tienen a alguien a quien seguir (el jefe no se involucra o crea un ambiente de trabajo desagradable). Los buenos líderes tienen ciertas características que hacen que su empresa evolucione en muchos niveles, desde el clima laboral hasta el logro de metas.
Aquí te mostramos algunas de las prácticas que puedes adquirir para convertirte en un buen jefe:
- Establece prioridades: El multitasking provoca la falta de concentración, lo que a su vez genera malos resultados. Haz lo que corresponde en el momento que corresponde. También debes establecer las prioridades de los demás en cuestiones generales de proyectos, no de tareas.
- Respeta el tiempo de los demás: Todos tienen trabajo que hacer. Sé conciso al hablar y no hagas esperar creando tiempos muertos. Llega a tiempo a las reuniones y no las prolongues si no hay necesidad.
- Involúcrate: Conoce a tus empleados y sus respectivas labores. Habla con ellos no solo de trabajo y crea confianza. Esta es una manera de motivarlos y de que sientan que son importantes para la empresa.
- Comparte la información: Si quieres que tus empleados también se preocupen por la empresa, infórmales sobre lo que pasa en la empresa y acepta sus ideas y retroalimentación.
- Agradece y celebra: Asegúrate de darle el crédito a quien lo merece y celebra los éxitos con todo tu equipo.
Ser un buen líder se traduce en metas logradas, un ambiente de trabajo agradable, mejor control sobre lo que ocurre en la empresa y lealtad de tus empleados.